Sinopsis

El caso que ha conmocionado al mundo. El testimonio único de la hija de Gisèle, cómo su familia convirtió un trauma inimaginable en una lucha colectiva para que la vergüenza ya no caiga del lado de las víctimas, sino que, al fin, se dirija hacia los agresores. 
El 2 de noviembre de 2020, Caroline Darian recibe una llamada con una noticia que estalla como una bomba: su padre está bajo custodia policial ya que acaban de descubrir que, a lo largo de una década, ha drogado y promovido que decenas de hombres violaran a su madre mientras él filmaba las agresiones. Durante la investigación se entera, además, de que también ella podría haber sido víctima de su padre.

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Sabía que iba a ser un libro duro de leer, pero también fue muy catártico y considero que también necesario, sobre todo para la autora, pero también para los lectores, pues nos muestra lo que no vemos, a lo que no se le prestaba mucha atención en casos así; el sufrimiento del entorno de la víctima, a las víctimas colaterales. Me ha encantado cómo se ha transmitido y tratado todo, por eso mi puntuación es de 5 estrellas.

Caroline Darian, con una valentía muy admirable, logra trasmitir y explicar el dilema que tiene, y siente, entre ser hija de la víctima y del agresor, algo que se palpa en cada página. Además de eso, también narra la historia de su madre y cómo va consiguiendo salir adelante, a la vez que critica la poca o nula ayuda a las víctimas de parte de la justicia y los departamentos correspondientes. Me ha gustado mucho de ella lo bien que trasmite sus ganas de justicia, de reivindicación y de lucha.

Durante la lectura de este libro fui sintiendo tristeza, asco, rabia e impotencia, que iba creciendo conforme avanzaban los hechos. Fui empatizando mucho con la autora, entendiendo de forma personal su impotencia, su profundo dolor y desconcierto tras un hecho tan fatal. La comprendí bastante.

En este libro no solo conocemos, a través de la voz de Caroline, los hechos anteriores y posteriores cuando se destapa todo, sino también todo el recorrido emocional tormentoso que van padeciendo tanto ella como sus hermanos y amigos más cercanos y, como he mencionado antes, ese desamparo por parte de la administración y los departamentos de justicia hacia las víctimas. 

Me ha gustado mucho que la autora aportara datos sobre la sumisión química y que en este libro estuviera muy presente la divulgación y el que querer hacer conscientes a las personas, sobre todo mujeres, de que este tipo de casos ocurren más a menudo de lo que se piensa. La autora anima a informarse, a estar alerta y a identificar ciertos patrones que podríamos estar padeciendo como posibles víctimas de un hecho similar. Lo sentí como un gran acto de sororidad. 

El libro es muy corto, todo se cuenta en primera persona en hechos lineales que abarcan el año 2020 y 2021, mucho antes de que se celebre el juicio de 2024. Tiene muy bien ritmo y en la narración se presentan cartas, recuerdos del pasado que hacen más amena la lectura. 

El estilo de la autora es muy claro y directo. Nos adentra como lectores de lleno en los acontecimientos y sentimos las emociones y estados por los que va pasando. 

En conclusión, Y dejé de llamarte papá es un libro de memorias que fue duro de leer, pero, como he dicho al principio, muy necesario para ella y para los lectores. Necesario para que estemos atentas, para que las víctimas de hecho iguales o similares dejemos de tener vergüenza, necesario para que la vergüenza cambie de bando. 

Nunca podré mirarlo a los ojos y decirle que se ha llevado, ha arruinado, parte de mi vida, que ha apagado la chispa que tenía antes, que ha pisoteado la confianza instintiva que yo tenía en los hombres.

Caroline Darian, «Y dejé de llamarte papá».