Reseña de «Diarios», de Alejandra Pizarnik

Título: Diarios de Alejandra Pizarnik
Autor/a: Alejandra Pizarnik (Ed. Ana Becciu)
Género: Memorias/Diarios
Publicación: 1/1/2004 
Editorial: Lumen
Páginas: 1102
Puntuación: 

Puntuación: 4 de 5.

Sinopsis

En esta edición de Ana Becciu encontramos una versión ampliada de los diarios de Alejandra Pizarnik con muchos fragmentos reveladores. En estos diarios la poeta argentina convirtió su angustia en un destilado de palabras duras y hermosas. Su obsesión por escribir, sus dudas, y sus ganas de comer, fumar y amar con voracidad hasta que el cansancio la derrumbaba... todo quedó apuntado en cuadernos y papeles sueltos que por fin han encontrado su lugar. Aún hoy,  la voz de Pizarnik acompaña al lector en un viaje donde la literatura importa y la vida duele.

Tras leer su biografía quise ponerme con sus diarios personales, adentrarme en su mente antes de poder leer su obra literaria. Creo que es una buena manera de conocerla mejor y poder entender y disfrutar más de sus escritos creativos. 

Esta recopilación de los diarios de Pizarnik me ha gustado mucho. A pesar de que es un libro muy largo ―que es totalmente normal que lo sea, pues recordemos que es una recopilación de todos los diarios que escribió Pizarnik a lo largo de muchos años de su vida hasta su muerte―, y si no se lee con calma puede resultar pesado y denso, estos diarios te muestran diversas etapas por las que pasa la autora, lo que te lleva a conocer muy bien cómo era ella y cómo se fue sintiendo, dando un amplio y profundo vistazo al interior emocional de la poeta, por lo que es recomendable leer con calma, sin prisa.

Debido a que me faltaba en muchas ocasiones que se añadiera un poco de contexto por parte de la editora para comprender mejor de qué o de quiénes hablaba Alejandra (cosa que en su biografía si se explica) doy una puntuación de 4 estrellas a estos diarios.

En este libro ya se ve el estilo de Pizarnik, un estilo poético, accesible, mordaz en ocasiones y con un ritmo melódico.

Durante la lectura fui sintiendo el dolor, el inmenso sufrimiento y la soledad que envolvía y sentía la autora. Pizarnik se sentía tan incomprendida, tan obsesionada con gustar a los demás y tan dolida por no poder encontrar a alguien que la ame que solo se enfocaba en eso, no veía nada positivo en su vida. Por otra parte, también muestra su hipocresía, su egoísmo y un poco de narcisismo (de la que es consciente), pero que luego se opaca por el dolor que siente al vivir, al no poder sentirse suficiente, a la frustración que le genera no poder escribir un libro, como evade eso y a la vez desea ponerse a ello. Plasma también cómo usa el sexo como distracción y evasión de la realidad, y cómo siente que está sola, aunque tenga amigos, se queja de esto, de que parece que no los tuviera...

Se va viendo, conforme se avanza en los diarios y pasan los años, que hay épocas en las que está más deprimida, otras en las que está enfocada en sus planes de futuro, otra en la que se centra en su labor como escritora y expone sus opiniones sobre los libros que va leyendo o sobre lo que opina de diversos autores, amigos o no (esto me generaba mucha curiosidad, quería saber los cotilleos, salseos que había entre esos escritores que se mencionan), para luego volver al sufrimiento que siente, que nunca se va del todo, que parece que se va durmiendo algunos años, en los que está más tranquila, para luego volver a despertar y sumir en un estado de dolor y soledad a la poeta.

A pesar de que comenta que ve a un terapeuta o algo por el estilo, ya esto es opinión personal, siento que esa persona no la ayudó en nada, así que en realidad Alejandra Pizarnik no obtuvo la ayuda profesional que necesitaba y que podría haberla salvado, así como parece que tampoco tuvo un entorno cercano a ella, que la ayudara también.

En conclusión, leer estos diarios me ha gustado mucho y me han acercado más a comprender a esta poeta, me he identificado en varias ocasiones con lo que cuenta, así que seguro que cuando lea su prosa y su poesía podré ver reflejado en palabras el dolor que en ocasiones podemos llegar a compartir.

Y vosotr@s, ¿habéis leído algo de Pizarnik? ¡Os leo!

Estuve pensando que nadie me piensa. Que estoy absolutamente sola. Que nadie, nadie siente mi rostro dentro de sí ni mi nombre correr por su sangre. Nadie actúa invocándome, nadie construye su vida incluyéndome.

«Diarios», de Alejadra Pizarnik

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