Sinopsis

Jake, de 29 años, y Stella, de 28, no saben nada de la vida del otro. Stella es de Edimburgo, pero está viviendo en Londres. Tiene una madre italiana y comparte un vínculo estrecho, pero complejo, con su hermana Nina. Jake vive en Hong Kong y nunca ha conocido a su padre.
Ambos quieren huir de sus vidas: Stella escapa tras encontrarse con alguien a quien cree reconocer, y Jake viaja a Gran Bretaña en búsqueda de su padre, justo después de haber aceptado a regañadientes casarse con su novia Mel. 
Cuando ambos coinciden en el mismo lugar, están en un punto de sus vidas en el que tratan de averiguar cuánta distancia necesitan poner entre ellos y los demás. ¿Sus vidas volverán a separase o la distancia que los separa se acortará?

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Tenía muchas ganas de leer a Maggie O’Farrell, solo he leído cosas buenas de ella y, además, las temáticas que al parecer trata en sus libros me gustan y me llaman la atención. Iba a comenzar con ella con otros libros que ya tiene publicados, pero cuando vi que se publicó “la distancia que nos separa”, y supe de qué iba, me llamó muchísimo la atención tanto por la historia como por los temas que trata, así que es con esta novela con la que empiezo a leer a esta autora. 

He de comenzar diciendo que tras leer las primeras páginas pensé que se me haría una lectura difícil y que no la disfrutaría, pero después todo mejoró (menos mal) y solo quería saber más: los personajes y la historia me fueron ganando, y al final fue una lectura que me gustó mucho (sin duda seguiré leyendo a esta autora), aunque me hubiera gustado que se profundizara un poquito más en los temas que se trataban, por todo esto eso le doy una puntuación de 4 estrellas. 

La autora consigue trasmitir bastante bien lo que sienten los personajes y los conflictos que los acechan. Es lo que más destaca en el libro, además de la armonía general en la construcción de la historia. 

Durante la lectura, al principio estaba un poco confundida por cómo se iban presentando los hechos, lo cual me desanimó un poco porque estaba temiendo que el resto del libro fuera así y porque se me estaba haciendo lento y un poco denso, pero luego la fluidez de la narración mejoró y fui pillando el ritmo e iba leyendo cada vez con más ganas. 

En la novela se tratan temas como las identidades desplazadas (tanto Stella como Jake no encajan del todo en el lugar en el que crecen), el vínculo con la familia (la búsqueda de los orígenes), sobre todo el vínculo entre hermanas (que puede ser tanto maravilloso como difícil). El libro reflexiona sobre el pasado, cómo nos marca nuestra infancia, la culpa y sobre lo que nos une y nos separa de las personas. Creo que se tratan muy bien estos temas, pero como ya he dicho antes, me hubiera gustado un poco más de profundidad. Por otro lado, predomina un ambiente de desapego que rodea a los personajes, y que es lo que sienten ellos: ese sentir que no encajas en ningún lado, que no perteneces a ningún lugar.


La trama de la novela me parece que tiene una construcción compleja, es verosímil y tiene cierta originalidad. Se desarrolla principalmente en dos escenarios: Hong Kong y las tierras altas de Escocia, que contrastan bastante y en los que se trasmite bien que las personas pueden sentirse solas de distintas maneras en ambos lugares. La época en la que trascurren los hechos es contemporánea, no actual, no se específica año, pero debe ser a partir del año 2000.
Por otro lado, es una novela lineal que tiene un desarrollo progresivo, pues al principio el ritmo narrativo es lento, pero luego va adquiriendo mayor fluidez. 

El libro se divide en cuatro partes largas, sin capítulos entre ellos, (esto se me hizo pesado hasta casi la mitad) en los que se exponen dos tiempos cronológicos que se van intercalando: el pasado y el presente de los personajes (también se me hizo difícil al principio entender esto, pues no me interesaba mucha la vida de los personajes secundarios, creo que se explica demasiado sobre ellos, pero luego más adelante eso cambia y se centra más en los principales), ambos tiempos tienen un narrador en tercera persona omnisciente. A pesar de estar compuesto por partes largas, la novela tiene una buena tensión narrativa que te mantiene atento durante toda la lectura. 

 

Sobre los personajes, cada personaje tiene su personalidad, no son nada planos y empatizas con cada uno. Las relaciones que hay entre ellos son complejas y se sienten creíbles y muy naturales. Se nos va mostrando lo que los une, lo que los separa, lo que los atormenta, etc. Amé mucho al personaje de Jake, me pareció tierno, carismático y muy bueno 😍, y a Evie, la mejor amiga de la madre de Stella y Nina es lo más. A destacar, la relación entre las hermanas (Nina y Stella): hubo momentos en que sentía la desesperación de ambas, dependiendo de la situación, empatizaba con una y luego con la otra, o me frustraba con una y luego con la otra. Considero que eso refleja bien la complejidad en la relación entre hermanas, que puede llegar a ser difícil pero también muy bonita. 
 

En cuanto al estilo de la autora este es bastante claro, natural y con descripciones que no sobran, sino que te hacen entender lo que va pasando y te ayudan a visualizar todo mejor. Su narración atrapa y te sumerge de lleno en la historia y sus personajes.

En conclusión, La distancia que nos separa es una novela que nos muestra las vidas paralelas de dos personas que luego se enamoran, que aparentemente tienen vidas muy distintas, pero que comparten cosas en común. Ha sido un libro del que he disfrutado y con el que, en ocasiones, me he identificado. A pesar del inicio, en mi opinión, un poco denso y confuso, es una novela que merece la pena leer, pues todo va mejorando. 

Y vosotros, ¿habéis leído el libro? ¿Os gusta la escritora? ¡Os leo en comentarios!

P.D: os pido que si hacéis algún comentario con spoiler lo advirtáis antes, podéis poner: ¡spoiler! + vuestro comentario. 

¡Gracias!

Los momentos que nos afectan siempre son solo los que no se esperan. Los que se sabe que van a llegar, los que se esperan, son casi irreales, como si se hubieran ensayado, porque nos los hemos imaginado muchas veces.

Maggie O’Farrell, «La distancia que nos separa»

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